Pues, Toni Erdmann hace todo esto además de esconder bajo su superficie todo un drama con un desarrollo envidiable. Durante los 162 minutos que dura la película se va utilizando el humor que encierra esta con el objetivo de crear la evolución de un personaje para la posterior redención de su situación. Se ha criticado mucho a la cinta con argumentos del tipo: "Se podría haber condensado toda la trama en mucho menos tiempo", "le sobra metraje", etc. Respecto a mí, no comulgo en absoluto con estas opiniones ¿Se hubiese logrado una evolución de un calibre tan bueno como este con menos tiempo? No voy a negar que podría ser que sí, el caso, es que este aspecto del film veo que funciona perfectamente tal y como está.
Respecto al porqué de mi título del que poco he comentado antes es algo de lo que se puede hablar maravillosamente. La película consigue de alguna manera "enmascarar" la tragedia que entraña a través de un envoltorio de comedia de lo más ingenioso, pero, a poco que no quieras quedarte tan solo con lo que se refiere a la superficie puede entreverse una situación del todo desdichada. Una vida de supuesto éxito que no aporta más que infelicidad y una relación padre e hija que no funciona. Todo esto, como he dicho, va cambiando. Gracias a la figura del padre esta calamitosa situación se va disipando con una evolución no solo buena, también insólita y refrescante. Lo mejor es que ambos protagonistas están perfectamente interpretados y da gusto verlos.
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