Soy una persona a la que le gustan las propuestas diferentes
en el cine. Obviamente distinto no es igual a bueno, pero, ¿acaso no es
fantástica la sensación de saber que te vas a enfrentar a algo nuevo? Dar una
buena bocanada de aire y esperar a ver qué es eso que está por venir, aquello
que va a pasar frente a tus ojos y va a enseñarte algo que no habías visto
antes. En este caso es Petal Dance, y es algo, simplemente, sensacional.
Pararse en los paisajes, fijarse en las miradas, alargar los
silencios. Regodearse en las imágenes y darles un papel y sentido propios es
algo a lo que juega esta película y que hace de manera única. Logra trascender
la pantalla y transportarte a otro lugar, recordar viejas experiencias y sentir
cosas nuevas. Su tremendamente hermosa fotografía fría, pero de calidez oculta,
te invita y te lleva de la mano a la reflexión y a disfrutar relajadamente de
la sucesión de perfectas composiciones visuales que el director logra estampar
en la cinta.
Y bajo estas inmejorables formas que rodean a la película se
encuentra además una historia contada de manera atípica, gracias a los
elementos anteriormente mencionados, que en absoluto ha de ser tomada como
menos. Cuatros mujeres que emprenden un viaje, cada una con sus propios
problemas, ninguna tiene del todo claro si hacerlo, no saben si les servirá de
algo, pero… Con la intención desesperada de dejar atrás todo aquello que les atormenta se embarcan en
él, como último recurso, al fin y al cabo ¿Qué tienen que perder?
Los diálogos, que podrían tomarse erróneamente como vacíos e
insustanciales, nos hacen ver la manera en que cada una contempla la vida y su
forma de enfrentarse a esta. Partiendo de la naturalidad, las palabras
aparentemente comunes que estas mujeres intercambian nos hacen meternos en sus
vidas, con todo lo que ello supone, e indirectamente dirigirnos a las nuestras y
hacernos pensar en lo que respecta a nosotros mismos.
Es increíble ver además ese perfecto entendimiento que
parece existir entre las cuatro chicas, aun habiendo una de ellas que acaba de
conocer a las otras tres, se denota,
gracias a las espléndidas interpretaciones, una complicidad entre todas. No
saben que problemas exactamente retiene cada una, pero si son conscientes de
que los tienen y actúan como tal. Los pequeños gestos y detalles nos hacen
saberlo, y las preciosistas imágenes y movimientos de cámara consiguen enfatizarlo
llevando a la cinta al esplendor.
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